Todavía tu sombra resuena en la casa
No hay caso, todavía tu sombra
resuena en la casa, en las
cosas.
Vibra el picaporte, el sofá.
La piel erizada a las 5 de la tarde.
Uno se equivoca al pensar
que el corazón es superficie
cóncava perfecta.
La ducha gotea saliva.
El dedo sin látex, en lo profundo.
Tiemblan las tazas,
los yuyos.
Y pensarte es un buey atrapado en la terraza
que no puede respirar por culpa del asma,
de la despedida.
Subo las escaleras de cuatro,
así no piso tus huellas.
Dejo de bordar calzoncillos de hombres
que no quisieron dormir conmigo.
Amanecer un 2 de agosto junto a tu cuerpo
hizo florecer escarabajos en rincones desconocidos.
Domingo es un buen día para dar ultimátum
a los terremotos internos.
La única salida es inaugurar el mapa de las heridas
frente al espejo donde cambiar de piel es más fácil
No hay caso, tu nombre nace en el silencio
y es el eco que invade todo...
y es el eco que invade todo...
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