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Mostrando entradas de marzo, 2007

Cinco sentidos

Quise escuchar por lo menos tu eco... Bla bla bla sonó desde el brocal del pozo. Te busqué en la lluvia, en el granizo, en el insoportable canto de las cigarras... Encontré la nada. Saqué mi mano en la ventana... Esperé recoger el beso que me enviaste en la brisa. Destrozé azahares, jazmínes y margaritas y con sus zumos... Imaginé tu aliento en mi cuello. Tragué piedras, lodo, arena... Sacié el vacío de tenerte en mi estómago. Pero entendí que mucho, en esto de sentir, no basta...

Lo que trae la lluvia

Solo puede verme en el gris... Vidrio manchado de agua y moho... Desentumeciendo el alma con cada soplo de viento. Ruido que traduce lo que dicen las ramas enamoradas. Quiero esconderme detrás de mi apellido. Tinta gomosa que endurece la lana. Taparme la boca cuando quede en silencio. Dedos confundidos con espátulas. Tocando el piano, oculto mi invierno. Madera ajada, que igual corta. Fingiste que te pregunté sobre las nubes. Mirada gélida, apabullante e inmóvil. Aprendí la lengua de una cultura muerta. "i" de ilusión, entendida como antónimo. Pedí que me adormezcan para no sentir dolor. Pelo sacado a puñados.

Hoy no me puedo levantar

El reloj me recuerda que se termino el sueño. Pero ¿de que sueño estamos hablando? Si me pase girando en la cama como la aguja de una brújula, buscando el norte... (6:31. El ruido del metal suena dulce y áspero) Por más esfuerzos que hacía, cada miembro del cuerpo no quería responder. Sentí un gran cubo que me presionaba en sentido contrario, cargado al tope con negaciones, rechazos, limones y cebada... (6:42. El televisor mira a través de sus 29 pulgadas) Me pareció eterna esa lucha. Mezcla de debilidad, leyes de la naturaleza y desánimo asumido. Con la desilusión desfilando su vestido verde, y pisándome los tobillos con su taco aguja... (6:50. Las aspas del ventilador forman un jazmín estroboscópico) Veía venirse, pero por extraño sortilegio, todo el sistema no informó sobre el error. Dejavù... es lo que atiné a decir... (7:05. La almohada esta almibarada con saliva) Son las 7:15. Y solo quedan fuerzas para soltar reflexiones, sencillas, directas, espontáneas: “No se espera, lo que s

Nos queda poco tiempo

Si, como lo escuchaste. Ya es marzo y todavía sin progresos. Llueve y truena, escampa y suena el viento... y aun no conseguimos movernos. (Siempre repito tu nombre al llegar a la esquina). Ayer te encontré... Acurrucada en el rincón de siempre... Susurrándote una fórmula sencilla al oído... Y dije que esperaría hasta que un lirio florezca desde allí... (Siempre doy vueltas alrededor del naranjo). Noté cuando tus párpados lucharon. Cuando tus labios se pusieron trémulos. Y tus pies rascaron, arriba y abajo, de izquierda a derecha... Continuaste durmiendo... (Siempre subo la escalera desde el tercer peldaño). Hiciste fuerzas para desperezarte. Tus pestañas continuaban con eso verde y gomoso. Y ocurrió lo inesperado, tus ojos se clavaron en mí… A modo de reflejo, solo alcancé a sonreírte... (Siempre enciendo y apago la luz a la medianoche). Desee poder levitarte. Traerte a solo dos centímetros de mí. Sacarte el alma de un puñado. Y ponerle un cartel: “Propiedad mía”. (Siempre ordeno y des