Rata
Desde hace días una rata decidió vivir conmigo. No sabe lo
peligroso que puede resultar compartir el mismo sitio, con alguien que puede
usar las palabras te amo para
acercarle a la palabra queso, puesta
en la palabra trampa. Sin una sola
mirada de asco, sin un grito repentino, sin un solo gesto de subir a una silla,
puedo acabar con su vida. Con la palabra hola
puedo hacer que decida quedarse conmigo para siempre. Con un te pienso, puedo prometerle una vida
segura con techo, paz y pan. Podría proyectar tener propiedades y que caminemos
juntos tomados de la mano. Dependencia,
la palabra más despiadada. No quisiera terminar cuidándola, engordándola y que
decida irse a otra casa , dejándome aquí la palabra que más temo: abandono. Pero se que terminaré
matándola sin palabras, sin promesas como cuando se quiere nombrar cosas que ya
no existen.
Comentarios