Por culpa de tu silencio estoy pariendo poemas como niñxs. Al primero, de cara azul lo castigué enviándolo al altillo. Lanza alaridos cuando rompo alguna foto tuya. El de lengua verde, atado al poste, escupe todas tus mentiras. Al mirarme hipnotiza moscas, mariposas pero no logra que llore. El tercero, con piel de toro y pelo rojo se esconde en la tarde. Con su mirada descubre mis miedos. No puedo con él. Me obliga a caminar por mis ansiedades, esa cuerda floja. Espantosa condena esta de criar poemas como bastardxs, amor.
Para que pase el tiempo, hago fuerzas, bostezo en esta plaza, con acentos que no se parecen al mío. Con miradas que se preguntan cuántas monedas puedo soltar, con niños que no saben qué es una revolución. Todos pasan, todos interrumpen el aire de sal y decepción. Te pienso y suelto lágrima, saludo a la muerte, con arroz y frijoles. Para que pase el tiempo, me reconozco traidor y envidioso.
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