Sentido (dedicado a nadie)
Me senté al borde de la ventana...
Me propuse mirar a lo lejos...
Imagine pintar mi nombre de púrpura
y borrarlo hasta dejar solo una mancha amarilla…
Camine bajo la lluvia
Y me detuve para tratar de escuchar cada gota de lluvia caer,
escuche a dos, luego a cinco, luego a doscientas cuarenta y tres,
luego no las pude contar más...
Pensé y me vi acurrucado en una esquina de mi habitación,
cerca, pero muy cerca de tu fotografia.
Escribí ciento cuarenta y ocho formas de decir “lo intento”:
Intente intentar, procure intentar, me quebranta haber intentado…
Marqué con azul la expresión que mejor me sentó,
y decidí no volver a usar ese color…
Encendí una fogata...
Me hipnotizó una chispa juguetona que divertida, salto y se apagó en el aire.
La toque para saber que se siente apagarse.
Pensé como reponerme de tu “no estoy”.
Me desnudé hasta sacarme la última porción de piel.
Herí cada fracción que intentó no ceder al primer corte.
Me transporte a aquella segunda parte de la mañana,
cuando descubrí, que el frío se encargó de helar tu recuerdo.
Me propuse mirar a lo lejos...
Imagine pintar mi nombre de púrpura
y borrarlo hasta dejar solo una mancha amarilla…
Camine bajo la lluvia
Y me detuve para tratar de escuchar cada gota de lluvia caer,
escuche a dos, luego a cinco, luego a doscientas cuarenta y tres,
luego no las pude contar más...
Pensé y me vi acurrucado en una esquina de mi habitación,
cerca, pero muy cerca de tu fotografia.
Escribí ciento cuarenta y ocho formas de decir “lo intento”:
Intente intentar, procure intentar, me quebranta haber intentado…
Marqué con azul la expresión que mejor me sentó,
y decidí no volver a usar ese color…
Encendí una fogata...
Me hipnotizó una chispa juguetona que divertida, salto y se apagó en el aire.
La toque para saber que se siente apagarse.
Pensé como reponerme de tu “no estoy”.
Me desnudé hasta sacarme la última porción de piel.
Herí cada fracción que intentó no ceder al primer corte.
Me transporte a aquella segunda parte de la mañana,
cuando descubrí, que el frío se encargó de helar tu recuerdo.
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