Visita

El pasado golpeó mi puerta
y fue entonces
que las cosas que no existen en la casa,
aparecieron:
tu saliva en la almohada,
manchas en la sábana,
tu apodo cerca del hombro.

Cuando le abrí, el futuro se instaló en la cocina:
Me vi llorando en el piso
      y escribiendo este poema... 

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