(NO) habitar
Es tarde y la poesía martilla mi lengua. Saliva regada de silencios. No hay más remedio que salir, flotar en la humedad, escupir las burlas. Hojas fracturadas de luz. Y volver a la casa vacía, donde los verbos escondidos inquieren. Zapatos y traiciones en la alfombra. La soledad no es más que un vidrio empañado.