4to. piso
Dejé la casa sobre Herrera
y en ella quedaron los gemidos,
algunas cajas
y la sombra de los hombres que invadieron la noche
Ahora otro verde me saluda.
Veo a los pájaros más de cerca.
Sí, a los verdaderos.
Parecen decirse entre ellos
que es fácil la mudanza,
si uno tiene ligera la memoria.
No es mi caso.
Una semana y todavía
continúo desechando sacos, zapatos
y uno que otro boceto de beso.
Acá arriba se siente más el viento
y veo la bahía: raya amarrilla
con tos de pobre.
Queda esperar lo nuevo,
mientras la ropa en el suelo
habla con su lengua de hilos y derrotas.
Dice que me prepare,
ahora la incertidumbre se pronuncia
en una terraza.
y en ella quedaron los gemidos,
algunas cajas
y la sombra de los hombres que invadieron la noche
Ahora otro verde me saluda.
Veo a los pájaros más de cerca.
Sí, a los verdaderos.
Parecen decirse entre ellos
que es fácil la mudanza,
si uno tiene ligera la memoria.
No es mi caso.
Una semana y todavía
continúo desechando sacos, zapatos
y uno que otro boceto de beso.
Acá arriba se siente más el viento
y veo la bahía: raya amarrilla
con tos de pobre.
Queda esperar lo nuevo,
mientras la ropa en el suelo
habla con su lengua de hilos y derrotas.
Dice que me prepare,
ahora la incertidumbre se pronuncia
en una terraza.
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