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Accidente

Habló de una mujer recuerdo, e invadió mi cama un sábado, con la llave del deseo atrasado Una vez, accidente La tercera se reconoce habitante Sin excusas, lo guié por mi cuerpo: pantanoso territorio de gemidos Con cada embestida,  las palabras cambian de color Fui gato que grita nombre de hombre en medio de la noche. Temprano, nos vestimos para ocupar el lugar de simples coincidencias En la calle, nuestros cuerpos son ecuaciones no resueltas El asfalto es un dios que exige mucho

4to. piso

Dejé la casa sobre Herrera y en ella quedaron los gemidos, algunas cajas  y la sombra de los hombres que invadieron     la noche Ahora otro verde me saluda. Veo a los pájaros más de cerca. Sí, a los verdaderos. Parecen decirse entre ellos que es fácil la mudanza, si uno tiene ligera la memoria. No es mi caso. Una semana y todavía continúo desechando sacos, zapatos y uno que otro boceto de beso. Acá arriba se siente más el viento y veo la bahía: raya amarrilla con tos de pobre. Queda esperar lo nuevo,  mientras la ropa en el suelo habla con su lengua de hilos y derrotas. Dice que me prepare, ahora la incertidumbre se pronuncia en una terraza.

Miklos

A Arpad Miklos La mano baja una y otra vez al ver tu forma invadida de masa, de pelo. La lengua sale y toma la temperatura: caliente Imagino tu barba contra mi mejilla desierta de caricias y el dedo más grande, llenando todo el agujero. De Hungría con el más cálido sexo, la más erecta línea. Y descubrir la partida, el suicidio y lo seminal a punto de salir… Demasiada vida hay en un poco de semen.

Después de la sílaba

(da) Entre la ausencia y la traición hay pasos que aprender. Quietud paquidérmica. Respirar, alzar la cabeza, buscar la luz. El silencio gana la partida al eco. (ta) El espacio siempre tiene la razón. La soledad pregunta y el fluorescente pestañea. La mano pesa más que el adiós. (ra) Sacar a flote retazos de los nombres, para pintar máscara frágil y presente.   Tu sexo no es la salida de emergencia. Invento antifaz cuando cae la tarde. (di) Retengo tu mirada y alambro cada palabra del mediodía. La humedad es enemiga y tiene nombre de hombre que olvida. Pierdo el juego entero, aunque piense que es un turno. (vi) Ellos ofrecen barato lo que dejaron aquellos que ya no están.   El desafío es no confundir vida con soberbia. Ganas de esquivar los ojos y perderse por calles que llevan al río.  

(NO) habitar

Es tarde    y la poesía martilla mi lengua. Saliva regada de silencios. No hay más remedio que salir,   flotar en la humedad,   escupir las burlas. Hojas fracturadas de luz. Y volver a la casa vacía,   donde los verbos escondidos   inquieren. Zapatos y traiciones en la alfombra. La soledad no es más que un vidrio empañado.

Fiebre

Con el labio paralizado se toma la temperatura a lo que va pasando Desechar lo que distrae colar el llanto limpiar lo triste... Y cuando solo quede el tiempo     volverse poema          hasta la últi ma sí  la  b a...

Lunar

Dormí vigilado por los lunares de tu espalda, habiéndome perdido, en el agujero que nació al otro lado del mar. Preguntaste por qué suspiro, y miré la última estrella de la noche. Así respondí. Tu cuerpo es pantano de asfixia placentera...

La transparencia

La transparencia es el reflejo de un revólver, que viaja silenciosa                                  entre lo dicho y lo perdido. De huella, la pólvora, sin dar al amor, en el blanco

Sul

+  Redibujo cada parte de vos con algo de sal que queda en los ojos. Solo, bien solo en la multitud de gente,                             de lugares                                           de ruido... Hoy no soy yo, soy el mar. + Esta ciudad me entiende,  aunque no hable su idioma de agua y brisa. Digo: quiero, y pasa al rojo, sueño con él y un rayo me mueve los pies. La espera es más  que una simple silla olvidada... + ¿Qué palabras húmedas esconde la arena? ¿Sabe que no escribo con el dedo? ¿Sabe qué órgano se despierta con el solo paso de las gaviotas?   ...Y pienso en tu pecho, como lugar de descubrimientos. + Es más bravo este mar con sus banderas rojas, que tu boca con sus bocetos de verdades.  + No bautizo lo poco de mar tomado en las manos con nombres que pasan y encienden el corazón. Hoy, solo la luna alumbra mi silencio.