En el verde

Sentado en este círculo verde, los escarabajos acercan sus antenas para medir cuánta soledad llevo encima.
Allá en el fondo, las sierras me inquieren sobre mis faltas de amor. A cada pregunta respondo con un giro de cabeza, como diciendo no sé o no quiero saber.
Quién entiende cómo hacerlo, como se toma ese arma de destrucción masiva, en qué momento se aprieta el gatillo para descargar todo el abandono, la furia.
Algunas hojas secas se suman al interrogatorio, poniendo en claro que sus colegas, las margaritas, fueron las víctimas más tempranas de todo este desprecio.
Dije que no sabía en qué instante la espera se vistió con el collar más brillante, y salió a ladrar culpando a la luna.
Sos tan responsable como inocente, asintió un triste hongo mordido por hormigas.
Está bueno esto de ser vulnerable, aunque lo que buscaba no era perdón.
Me deshice de mi boca , la coloque en la tarde y un solitario rayo de luz hizo el resto. El otoño se llevó la lengua.
Sin palabras no hay sed.
Sin labios se pierden las sílabas
Si digo olvidé, miento

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