Destinado a ella, por supuesto, para este 8 de noviembre

Asunción, 8 de noviembre de 2006


Ella (vos)
E. S. N.
Presente
Por la siguiente vuelvo a ponerme en contacto con Ud., si, no mire para ningún lado (o para todos), si... Ud. Es la destinataria... No me mire con esa cara de extrañeza... yo se que tuve un ataque amnésico todo este tiempo, pero le dí razón a esta frase: -“Lo que se aprende (se ama?) nunca se olvida”- y por esto le escribo...
No voy a negarle que luego de su ida me quede muy desconcertado... y no es para menos... como un pequeño ser de 1,70 puede compartir el espacio con todo el aire enrarecido por ese perfume tan suyo, con la cama que todavía resplandece en las tardes nubladas dejando ver su silueta fosilizada (por más que se cambien las sábanas dos veces por semana). Con el corazón repleto hasta el tope de pequeñas cajas, en cuyos prospectos se lee: Contenido Neto 1 tonelada de cariño y caricias, y con la consiguiente pregunta: ¿Encontraré algún “enfermo” a quien le de resultado toda esta medicina acumulada? Y digo no, ...y busco ...y me sigo preguntando, pero al fin guardo todas las cajas, las embalo en bolsas negras y las estoy sacando, se lo juro, cada martes, sábado y domingo para que el camión recolector se los lleve... pero lastimosamente hay tanta que no se acaba...
Así como no se acaba todo el amor que siento por Ud... Prueba de ello es la rabia que imprimo cada vez que debo arrancar las hojas del calendario, recordándome que me resulta difícil caminar sin su presencia, dormir sabiendo que al despertar no voy a escuchar su voz mezclada con el amanecer, y que solo tengo al tiempo, señor con traje negro que me clava una daga de miles de segundos y luego desaparece. Para volver a aparecer y con su diabólico ritual me envuelva dentro de él y me desenvuelva para no terminar más...
Quiero contarle cosas, quiero preguntarle si se encuentra bien, si escucha cuando río o cuando alimento de agua ese charco que está en el fondo de casa, frente al pomelo. Quiero saber si nota cuando me sumerjo en mis párpados, esquivando mi astigmatismo y volviendo a salir a la superficie, claro está, para tomar un poco de aire. Aire, si sopla el viento... Como hace un año cuando me pidió regresar a su pieza, pues los mosquitos se daban un festín con lo que quedaba de esa piel tersa que resplandecía, años atrás (muchos?) jugando básquet...
Sin darme cuenta, sigo, pero le juro y debo reconocer que siempre la espero, continuo dejando la llave en la plantera, sacudiendo su lado de la cama, mirando su foto, en el monitor, con ese fondo de purulenta azalea del septiembre pasado, y prendiendo cada una de las 63 velitas que hoy tendría que haberlas apagado Ud... espero tomar el aire suficiente para apagarlas todas.... pidiendo que se me cumpla un deseo: saber donde está Ud. ahora.

Cariñosamente triste

Edu
23:47

Comentarios

Angel ha dicho que…
Casi lloré. Muy bueno.

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