Extrañas preferencias
Prefiero el silencio...
que mantener encerrado, entre mis manos, el eco de tu saludo repitiendo tu nombre tan simple
Prefiero la noche...
que ser despertado por el primer rayo de luz que me ordene, levantar el brazo derecho, palpar la almohada y descubrir cuan ondulada puede resultar tu ausencia
Prefiero el café...
que beber el líquido amargo de un jugo de azúcar, sazonado con lágrimas
Prefiero desnudarme...
que intentar cubrir cada poro de la piel, que niegue no haberse abierto como flor de loto, con solo el anuncio de tu cercanía
Prefiero rayar la madera...
que intentar teñir delicadamente alguna superficie rugosa que me recuerde tu rostro
Prefiero soltar al águila...
que domesticarla, alimentarla y luego cuando escape de mí, me deje mirando el cielo. Con la sensación de querer haber sujetado aquello que es libre, haber intentado poner cadenas a lo que no es corpóreo.
Todo para negar que seguirás con vida, por más que no me halle en tus proximidades.
que mantener encerrado, entre mis manos, el eco de tu saludo repitiendo tu nombre tan simple
Prefiero la noche...
que ser despertado por el primer rayo de luz que me ordene, levantar el brazo derecho, palpar la almohada y descubrir cuan ondulada puede resultar tu ausencia
Prefiero el café...
que beber el líquido amargo de un jugo de azúcar, sazonado con lágrimas
Prefiero desnudarme...
que intentar cubrir cada poro de la piel, que niegue no haberse abierto como flor de loto, con solo el anuncio de tu cercanía
Prefiero rayar la madera...
que intentar teñir delicadamente alguna superficie rugosa que me recuerde tu rostro
Prefiero soltar al águila...
que domesticarla, alimentarla y luego cuando escape de mí, me deje mirando el cielo. Con la sensación de querer haber sujetado aquello que es libre, haber intentado poner cadenas a lo que no es corpóreo.
Todo para negar que seguirás con vida, por más que no me halle en tus proximidades.
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